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¿Invertir en sostenibilidad es una buena apuesta de futuro?

Sostenibilidad no es una moda pasajera. La filosofía del Green New Deal ha venido para quedarse y forma parte de una estrategia global para favorecer instalaciones neutrales en carbono. En otras palabras, se trata de un cambio de paradigma donde si las empresas no fomentan esta vertiente ecológica y de transición ponen hoy fecha a su caducidad.


En el sector farmacéutico, biotecnológico y de ciencias de la vida, el cumplimiento de la normativa específica de estas salas ha sido hasta hoy la primera y única prioridad. Sin embargo, el calentamiento global y el incremento de los costes energéticos; ha provocado una mayor sensibilidad en fomentar estrategias sostenibles para minimizar la dependencia a las energías carbonizadas y, a la vez, minimizar el impacto ambiental que provoca cualquier actividad productiva.

Entrando en materia más concreta, la estrategia sostenible en los sistemas de refrigeración, climatitzación y salas blancas es cada vez más necesaria pero ella requiere que venga acompañada de más tecnología, más innovación y, sin duda, más cultura empresarial sostenible.

Fredlab, empresa de referencia en salas de ambientes controlados, conoce bien este ecosistema en el mercado. Para ello desde hace más de un añó diseñó su estrategia i-lab, a partir de la cual aglutina soluciones tecnológicas para una gestión optimizada de las instalaciones favoreciendo sistemas ecológicos y que preservan el medio ambiente con su garantía propia GreenFred.

Invertir en sostenibilidad no es cuestión de una apuesta finalista o de una estrategia de marca. Se trata de una filosofía empresarial de principio a fin. La sostenibilidad se exprime a su máximo cuando esta se aplica en todos los ámbitos de la empresa. En la construcción de salas de ambientes controlados no solo se aplica en las emisiones que genera esta instalación; sinó tambíen en su correcto dimensionamiento, en su correcta gestión del mantenimiento para evitar costes ocultos y, por más inri, para asegurar un aumento de la vida útil de las instalaciones con el uso de inteligencia artificial. Todos estos factores, entre muchos otros, fomentan que la instalación sea más eficiente y, en contrapartida, mucho más sostenible.

Todos los parámetros cuentan y para ello es esencial que la estratégia sostenible sea viral en toda la instalación; desde el equipo de ingeniería que contabilizará, por ejemplo, la reducción del intercambio de aire en la sala de ambiente controlado; hasta el instalador y el mantenedor que aplicará un sistema de control preventivo, predictivo y correctivo el máximo eficiente posible.

Las herramientas disponibles para una gestión sostenible son interminables, pero especial detalle a la Tecnología BIM (Building Information Modeling), la cual permite definir con precisión toda la información de la instalación. Una tecnología que evita pérdidas de recursos y administrar de forma más exacta la construcción, instalación y mantenimiento de la instalación.

Pero sostenibilidad también aplica a las finanzas de cualquier empresa. Invertir en sostenibilidad es hoy una inversión que requiere, a primera instancia, una mobilización de capital superior al que una instalación sostenible no requeriría. Para ello, deben establecerse líneas económicas concretas para ayudar a financiar las tecnologías que haran reducir las emisiones de manera económicamente más rendible. Y los bancos, algunos de ellos, ya empiezan a trabajar en esta línea.

En definitiva, sostenibilidad inicialmente había sido una estratégia de los equipos de márqueting a mejorar la imagen de marca ante los stakeholders; ahora esta estrategia reduce riesgos de transición y actua como palanca diferenciadora ante un mercado cada vez más competitivo. Ser sostenible hoy, suma puntos a la competitividad empresarial. En instalaciones farmacéuticas, como mayoritariamente en todas las demás, se trata de convertir la sostenibilidad en parte de la cultura empresarial donde tanto instalador como propiedad deben asumir un compromiso mútuo en esta área. Para ello los principales compromisos que se deben adquirir son:

Para la empresa instaladora y mantenedora:

  • Definir las necesidades reales de la propiedad, escuchar y trasladas sus inquietudes en un proyecto real de instalación
  • Ingeniería al detalle, integrando todas las partes que conforman la instalación en un único concepto: sistemas de refrigeración, hidrúalicos, electrónicos, mecánicos, etc.
  • Aplicación de la tecnología necesaria para facilitar el montaje con sistemas BIM, esquemas eléctricos, 3D, etc.
  • Dirección facultativa profesionalizada y con ámplia experiencia en els sector
  • Montaje riguroso buscando la excelencia en todo momento
  • Plan de mantenimiento anual con un servicio 24/365 y con un control local y a distancia de toda la instalación
  • Disponibilidad de un partner que propone mejoras de forma contínua a lo largo de la vida útil de la instalación
  • Utilización de materiales reciclables y no contaminantes, así como componentes altamente eficientes energéticamente

Para la propiedad:

  • Respetar los protocoles de mantenimiento y condiciones de diseño de la instalación
  • Supervisar los consumos eléctricos de forma periódica
  • Gestionar el buen funcionamiento de las aperturas de las puertas
  • Un plan de reinversión necesarios para garantizar el buen funcionamiento de las nuevas soluciones técnicas, nuevos modelos más eficientes, etc.
  • Formación del personal propio de mantenimiento

Sólo como apunte final. Las directrices europeas, bajo les Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Pacto Verde Europeo, pretenden liderar la inevitable transición energética para reducir las emisiones de CO2, en un 40% a 2030. Para ello persiguen 3 objetivos: dar prioridad a la eficiencia energética, convertir Europa en la líder mundial de energías renovables y ofercer un trato justo a los consumidores. Sin más demora, a la pregunta inicial, de si es una buena apuesta de futuro invertir en sostenibilidad. Mi respuesta es claramente: Sí.